Samuel estaba sirviendo en el templo bajo Eli, pero aún no había tenido un encuentro personal con Dios. Este versículo enfatiza que el conocimiento de Samuel sobre Dios estaba en sus primeras etapas. Aunque estaba familiarizado con los rituales y deberes del servicio en el templo, no había experimentado la comunicación directa de Dios que pronto recibiría. Este momento es crucial, ya que establece el escenario para la transformación de Samuel en profeta. Nos recuerda que el crecimiento espiritual a menudo comienza con un encuentro o revelación personal de Dios. También destaca la importancia de estar abiertos y atentos a la voz de Dios, incluso cuando al principio no la entendamos completamente. El viaje de Samuel anima a los creyentes a buscar una relación más profunda con Dios, confiando en que Él se revelará a Su debido tiempo y de Su manera.
Este pasaje también refleja el tema más amplio del llamado de Dios y cómo puede llegar inesperadamente, incluso a aquellos que pueden sentirse despreparados o inconscientes. Nos asegura que Dios conoce el momento adecuado para revelarse y mostrar Sus planes, y que Él es paciente mientras aprendemos a reconocer Su voz.