En este registro genealógico, se enumeran los hijos de Madián: Efa, Efer, Enoc, Abida y Eldaa. Estos individuos son mencionados como descendientes de Ceturá, quien fue la esposa de Abraham tras la muerte de Sara. La inclusión de estos nombres en el texto bíblico resalta la importancia de la línea familiar y la herencia en el mundo antiguo, donde los lazos familiares y las afiliaciones tribales eran fundamentales para la identidad y la estructura social.
Los descendientes de Ceturá, a través de Madián, forman parte de la narrativa más amplia de la familia de Abraham, mostrando el cumplimiento de la promesa de Dios a Abraham de que sería padre de muchas naciones. Este detalle genealógico no es solo un registro histórico, sino también una declaración teológica sobre la expansión de la línea de Abraham y las diversas maneras en que se realizó el pacto de Dios con él. La mención de estos nombres también sirve para recordar a los lectores la interconexión de diferentes pueblos y tribus dentro de la historia bíblica, reflejando la complejidad y riqueza del plan de Dios para la humanidad.